”Mi
abuelo tenía un bar, y cada noche volvía contando historias que acababa de
vivir con sus clientes. Supongo que ahí nació mi deseo de escribir esta obra.
“Los
Yugoslavos” trata de uno de los asuntos que con más insistencia me ocupan:
lo que hacemos con las palabras y lo que las palabras hacen con nosotros.
Hay
muchas razones por las que, desde que la escribí, quería llevar a
escena “Los Yugoslavos”. La más importante: que sus personajes me
importan” (Juan Mayorga).
En “Los
yugoslavos” todo empieza cuando un camarero pide ayuda a un cliente a quien
ha visto levantar, con palabras, el ánimo de otro. Lo que el camarero ruega a
ese desconocido es que hable a su esposa, quien parece estar hundiéndose en la
tristeza y el silencio. El camarero espera que el cliente descubra las palabras
salvadoras que él no es capaz de encontrar para su mujer.
Ella,
a su vez, camina mapa en mano por la ciudad buscando un lugar que
llaman Los Yugoslavos, quizá otro bar donde acaso se reúnan personas que
tienen en común haber nacido en un país que ya no existe. Hasta que una
muchacha le ofrece, a cambio del suyo, otro mapa.
“Los
Yugoslavos” es una obra sobre el amor, la tristeza, la búsqueda de un
lugar y la esperanza en las palabras. Sus personajes son dos hombres que
intercambian palabras y dos mujeres que intercambian mapas.